El concepto que el ser humano tiene sobre las marcas se ha ido transformando a través del tiempo, tanto para quienes las han utilizado como para sus destinatarios.

No tienes porqué quedarte en prácticas comerciales del pasado que no corresponden a solucionar las necesidades que exigen las nuevas generaciones.

Existe evidencia que desde el comienzo de la actividad comercial entre los primeros pueblos, ya se acostumbraba inscribir figuras, números, letras, palabras o combinaciones; en vasijas, instrumentos, armas, joyas, vestimentas, sacos, pieles de animales, etc; para distinguir la calidad, territorio, propiedad o época en que se producían estos productos.

Con esta medida, era posible en ocasiones recuperar la mercancía robada o extraviada ante los constantes saqueos; contar los ejemplares grabados de cualquier producto entregado o recibido como pago y lograr vincular al artesano-productor con la mercancía.

En la Edad Media y sobre todo en el renacimiento, con la organización de gremios, se hizo necesaria una medida que permitiera identificar el origen de los productos  elaborados de acuerdo a su región y fabricante, sin embargo las marcas, seguían siendo inscripciones grabadas o bordadas, que no llegaban a tener para nada el impacto comercial, ni las características de las marcas que actualmente concebimos en el mercado.

Con el paso de los siglos, el uso de signos distintivos en los productos o servicios ha variado, y se ha perfeccionado.

Con la revolución industrial a mediados del siglo XVIII, aumentó exponencialmente la elaboración de productos en serie a nivel masivo; y más adelante también se expandieron los establecimientos locales para comercializarlos, mediante esquemas de logística y organización que distinguían a cada empresa en su forma de operar y ofrecer sus servicios.

Más adelante, las grandes empresas comienzan a utilizar marcas comerciales para ser reconocidas públicamente, y para finales del siglo XIX, la publicidad esperanzada en los medios masivos de comunicación (periódicos, boletines, volantes y posteriormente radio) se vuelve la principal estrategia comercial para captar la atención y preferencia del público consumidor.

Por aquellos tiempos el objetivo principal era la venta del producto o del servicio, sin diversificar, y sin tomar en cuenta las preferencias, sugerencias, estilos o personalidades de los clientes, simplemente se concebía al público como consumidores masivos a gran escala, y se aceptaban los productos o servicios tal y como las empresas y comerciantes los ofrecían.

Una empresa vendía cereal, otra pasta de dientes, otra leche, etc.

La diferencia estaba en la marca, pero en esencia los productos o servicios eran poco distinguibles para el público.

Más adelante, a mediados del siglo XX en E.U y casi hasta el siglo XXI, en Latinoamérica; las empresas adoptan nuevas estrategias de marketing, donde el centro de atención se enfoca en la satisfacción del cliente

Desde ese momento el objetivo es lograr la fidelización del consumidor y conseguir su preferencia, a través de productos y servicios específicos, adaptados a las necesidades, soluciones y placeres de los clientes.

Surgen marcas más elaboradas, acompañadas de imágenes y logotipos; y la publicidad se vuelve dirigida a públicos segmentados de acuerdo a preferencias, clases sociales, gustos, modas, tendencias, horarios, personalidades, etc.

 Hoy en día, la leche puede encontrarse en versiones deslactosada, light, descremada, etc.

Las pastas de dientes fresh, doble protección, anti-caries, etc.; cereales de trigo, arroz, fibra, avena, maíz, etc.

El elemento más importante para destacar entre la competencia, es la diferenciación, y para lograrla se subrayan y transmiten las ventajas y beneficios de la marca que la hacen única.

A finales del siglo pasado y principios de éste, los mercadólogos comienzan a poner mayor atención en el BRANDING; el área del marketing que se dedica a estudiar a las MARCAS, principalmente a los elementos relacionados con su creación y posicionamiento; que generan vínculos emocionales con sus consumidores, así como experiencias positivas; es decir que, éstos elementos, finalmente, además de influir en la decisión de compra de un producto o servicio por parte del público, puedan establecer lazos de simpatía y afecto hacia a la marca.

Los investigadores en comportamientos de consumo, descubrieron nuevas formas de influir en el subconciente de los consumidores, a través de estímulos visuales y auditivos que pueden manipularse en la publicidad de las marcas, y pueden transmitirse de forma subliminal o de forma consciente; colores, logotipos, espacios, figuras, formas, nombres, etc, que resultan agradables, interesantes, o llaman su atención y lógicamente  determinan en su experiencia de compra.

Hoy en día, el estudio de la psicología de la persuasión, los motivadores psicológicos y el neuromarketing son fundamentales para entender el comportamiento del público consumidor.

Con la llegada del internet, los smartphones y con el avance de tecnologías online, etc; surge el marketing 2.0 enfocado principalmente en contenidos y no en discursos publicitarios huecos,

Las empresas, interactúan con su público mediante diálogo directo, considerando sus críticas y opiniones.

Las marcas cobran vida y contestan a sus seguidores o detractores, ambos  pueden participar y opinar por medio de sus redes sociales.

 Así como una marca puede ser recomendada con comentarios positivos, y de ahí brincar a la fama; también hasta la más renombrada corre el riesgo de ser despedazada con opiniones negativas si se atreve a ser indiferente o insensible con sus consumidores.

Todo se encuentra a la vista y se transmite en cuestión de segundos.

Dentro de las nuevas tendencias actuales de consumo, se revaloran los productos artesanales, saludables, naturales y orgánicos; y también va en aumento el aprecio por parte de los consumidores hacia las empresas socialmente responsables y ecológicas .

Respecto a los servicios, la preferencia del público se inclina a aquellos que mejor se adaptan a satisfacer su comodidad y gustos, de forma personalizada; bajo un trato individual (por su nombre y no como un cliente más).

La publicidad engañosa y los productos o servicios milagro, es probable que sean pasajeros, ya que el público no está dispuesto a creerse todo sin hacer valoraciones.

Los medios de comunicación masivos como radio, televisión, revistas o periódicos; ya no producen el mismo impacto emocional de antes; y aunque las grandes ciudades están tapizadas de publicidad; el público joven de hoy, se mueve por la red y con base en sus lecturas u opiniones (aunque sean falsas o distorsionadas) forman criterios y toman decisiones.

 Hay toda una generación de público que ya no utiliza los canales de televisión abierta y ni siquiera la de paga; y tampoco escuchan el radio, ya que tienen opciones como netflix, o spotify donde pueden encontrar los programas, películas o música que prefieran, sin estar sujetos a una programación establecida por otros.

Las grandes marcas intentan estrategias para crear adeptos y fidelizar a sus consumidores, buscando ganarse su simpatía a través de blogs, aplicaciones, videos de youtube y redes sociales que cuenten historias con las cuales el público se identifique, se entretenga, se divierta o haga conciencia.

Una gran ventaja para los nuevos emprendedores, es la posibilidad de utilizar estos medios para dar a conocer su marca sin hacer un gasto estratosférico.

Más que dinero, lo que se requiere es creatividad.

Como todo negocio, se necesita de una inversión, pero a comparación de anunciarse en televisión, radio, o en un stand de una feria comercial, sale muchísimo más barato dirigirse a un público segmentado a través de google adwords o de Facebook.

Conforme evolucione la tecnología, por supuesto las tendencias de consumo van a cambiar, y así las estrategias para posicionar un nuevo concepto.

Por eso la sugerencia es: actualiza tu marca y ponte en competencia.

Los emprendedores deben estar a la altura de las marcas y su evolución. Deben actualizarse o resignarse al fracaso.

Todavía existen miles que creen que todo gira en base a su producto o servicio; y que el público debe aceptarlo tal y como se ofrezca, sin tomar en cuenta que los consumidores de hoy en día participan, opinan y exigen; la marca es finalmente lo que el público opina sobre ellas de acuerdo a sus experiencias, no lo que sus dueños quieran que sean o crean que son.

 Las marcas exitosas no solo proyectan un nombre y un diseño; también encierran un conjunto de elementos de comunicación que transmiten claramente al público, a los socios, a los inversionistas y a los empleados; la personalidad, identidad, misión, visión, valores de una empresa, así como las ventajas y beneficios de los productos o servicios que ofrecen; creando experiencias satisfactorias que dan como resultado que los consumidores se vuelvan vendedores involuntarios de la marca a través de la recomendación de boca en boca.

Las marcas que impactan, cuentan historias, transmiten emociones.  

 Muchas marcas, incluso las más famosas y conocidas han tenido que pasar por un proceso de revitalización para poder identificarse con el público joven, y para adaptarse a los nuevos gustos, modas y tendencias.

Tienes que considerar está opción si tu marca no está dando los mismos resultados que tuvo en otras buenas épocas. 

 Obviamente, para poder trabajar exitosamente con una marca es necesario tenerla protegida: al obtener su registro; tienes los derechos exclusivos sobre ella; es decir, la exclusividad para comercializarla libremente.

Lo conveniente para una gran marca que quiera tener una plena identificación por sus clientes potenciales, es lograr hacer juego con su registro, su nombre de dominio , sus redes sociales, y el nombre de la empresa, ya que así se podrá hacer una estrategia de posicionamiento increíble en poco tiempo y ahorrando mucho tiempo, dinero y esfuerzo.

Si necesitas ayuda para lograrlo ponte en contacto con nosotros en www.redermark.com